miércoles, 26 de agosto de 2015

El Cencerro de Illescas…

Desde que entró en nuevo equipo de gobierno en el pueblo, se ha estado especulando sobre un paso subterráneo o un puente elevado, sobre uno de los puntos que tiene Illescas con cruce en la Vía del Tren, en este caso, el que ocupaba antes la antigua “Casilla de S. Pedro”, paso que se utiliza en su mayoría para unir el pueblo de Illescas con El señorío…

Paso a nivel sin barreras, en el Camino de S. Pedro...


Pero el problema de los pasos a nivel o sin barreras, viene de antaño, Illescas, que siempre se la a considerado “privilegiada” por estar tan cerca de las dos capitales, la de la nación, Madrid, y la de la provincia, Toledo… también siempre ha estado “atrasada” en ciertos aspectos… uno de ellos son los pasos a nivel… en la actualidad, hay dos con barreras y otros sin barreras y sin apenas visibilidad… además del antes mencionado de la “Casilla de S. Pedro”, existe el de los Cerros del Prado también sin apenas visibilidad, estando este en la actualidad, cerca de una zona de viviendas, con el consiguiente peligro que supone especialmente para los niños…

Pero como este blog, es para hablar de cosas de la historia que pasaron en Illescas, hoy voy a hablar del “cencerro”…


No se si os habréis preguntado alguna vez cuantas personas habrán perecido en los pasos a nivel desde que las carreteras y los ferrocarriles empezaron a entrecruzar sus redes… actualmente siguen pasando casos, de coches que se quedan en medio de las vías o peatones que cruzan sin ningún tipo de precaución…

Esta historia pasó en Illescas en  agosto de 1963;  cuatro personas, ocupantes de un turismo, murieron, y el guardabarrera fue encarcelado…

Elio Moya Estévez, de treinta y dos años, guardabarrera, cometió un descuido. Parece ser que su reloj no marchaba bien y mientras arreglaba el farol, que se le había apagado, se presentó el automotor de Badajoz al mismo tiempo que cruzaba la vía un Seat 600, en el que viajaban dos matrimonios.

Aunque no son buenas fotos, se puede apreciar la barrera, que se ponía a mano, al paso de los trenes...


Elio Moya, siempre temía que ocurriese ese suceso u otro peor. Cuantos le conocían tuvieron ocasión de escucharle expresar su constante zozobra e inquietud. Conocía su responsabilidad, pues desde niño estaba familiarizado con ese cometido, ya cuando el tenía seis años de edad, su madre empezó a prestar servicio de guardabarreras en la carretera general de Extremadura, al otro lado de Talavera de la Reina. Parece ser que en varias ocasiones, pidió a sus superiores que le fuese instalado un medio de comunicación con la estación de Illescas para obtener información puntual sobre el paso de los trenes.

Ahora nos puede parecer surrealista, este tipo de comunicaciones, pues estamos continuamente conectados en la red móvil, por Internet, radio etc. en 1963, aunque la mecanización estaba en pleno “apogeo” aún en Illescas y siendo esta carretera importante para comunicarse con la capital, el tema estaba un tanto descuidado…

A si que, el antes mencionado Elio Moya, como desconfiaba de si mismo, por un retraso del reloj u otra circunstancia, y para prevenir, un posible descuido, había instalado un rudimentario sistema de aviso; un artilugio con un rústico cencerro movido por un alambre sujeto a otro alambre que desde la estación accionaba el disco de llegada, y le avisaba de la proximidad de los trenes procedentes de la capital

Paso a nivel en la Calle Real... Antes Carretera Madrid Toledo, Km 35.

Un ejemplo claro de la falta de responsabilidad de la red de ferrocarriles… como hemos dicho, Illescas que tenía este cruce situado en una de las carreteras más concurridas entonces,  por el cruzaban diariamente cientos de vehículos hasta el  Plan General de Carreteras 1984-1991; donde gran parte del tráfico rodado, dejo de pasar por este punto…

Este paso a nivel, a pesar de la importancia y del tráfico, estaba simplemente vigilado por Elio Moya, y su mujer, por un sueldo miserable de 26 pesetas… nadie, de las cabezas pensantes de RENFE pudo recapacitar en que tal vez, este trabajador pudiese sufrir cualquier trastorno físico, un mareo, u otra urgencia, y dejara las barreras abiertas en el momento del cruce de trenes, aumentando así el peligro ya existente en el citado paso por la carencia, casi absoluta, de visibilidad.

El mismo paso en la actualidad...

La seguridad de los que viajaban por carretera, dependía del cuidado de personas obligadas a vigilar el paso diario de veinte trenes con horario establecido y otros tres o cuatro especiales, que se presentaban inesperadamente, con el añadido del ruido intermitente del tráfico, al que se unían el de un taller mecánico situado a la derecha de la carretera y el permanente de una fábrica de harinas, situada a la izquierda… Elio había solicitado en varias ocasiones un timbre para que le avisase de la llegada de los trenes.
A sí que ocurrió lo que todos temían que pasara, por un descuido, y existiendo solo el susodicho cencerro para dar el aviso…

A si, pasados más de cincuenta años, seguimos con unos pasos de vía, sin barrera, peligrosos, sin visibilidad, y aunque parezca mentira, también sin cencerro… para escarnio de las secciones técnicas de los mas altos departamentos ferroviarios y civiles…

Así quedamos en la historia, con la estampa del Cencerro de Illescas, símbolo irracional, grosero y denigrante de la tragicomedia española.

La información está sacada de un artículo de la hemeroteca de ABC…



2 comentarios:

  1. Ahora nos reímos del cencerro pero pararos a pensar quiza las vidas que aya podido salvar
    Es triste que al día de hoy sigamos con pasos a nivel así , y que me decís de las estaciones en la cantidad que no hay pasos subterráneos y claro en esos que haces con las maletas? gracias Jota un beso...

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    1. Gracias a ti amiga, eres mi incondicional, besos....

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