domingo, 5 de febrero de 2012

Semanario Pintoresco Español

El Semanario Pintoresco Español fue una revista claramente española que se publicó en Madrid desde 1836 a 1857, con periocidad semanal.
Fue fundada por Ramón Mesonero Romanos escritor costumbrista de la villa de Madrid. El primer número salió a la venta el 3 de abril de 1836 y el último el 20 de diciembre de 1857. Cada uno de estos números constaba de ocho páginas y el precio de la suscripción era de tres reales.


En el número del 8 de agosto de 1847, nos podemos encontrar con un artículo sobre nuestro amado pueblo, firmado por N.R de Losada, del cual lamentablemente carezco de más datos.
Como podemos suponer el deterioro de tan valioso documento histórico, nos impide leer con fluidez la narración del mismo, que paso a transcribir para el deleite de los que como yo, aman este pueblo por encima de todo, de los años, de los tiempos o de los colores de sus gobernantes.

España Pintoresca

Imposible parece que pueblos que han sido testigos de grandes acontecimientos, y han presenciado hechos notables que la historia narra después y nosotros leemos con asombro, hayan perdido absolutamente su importancia  y quedado reducido solamente á ocupar un sitio en el mapa donde el geógrafo les coloca para cumplir con una obligación que le impone la ciencia, y que atraviesa el viajero sin siquiera imaginarse que el suelo que ahora pisa fue teatro de grandes escenas, de las que solo nos quedan las relaciones del historiador que siempre imparcial, lo mismo cuenta los hechos acaecidos en la miserable y desconocida aldea que aquellos que tuvieron lugar en las ciudades de mas cuenta.
 Nos han ocurrido las anteriores reflexiones al comparar el Illescas actual, al Illescas que fue en los antiguos tiempos. El Illescas de Hoy que no contará cuatrocientos vecinos, al de los tiempos de D. Juan el II que contenía más de 2.000 y era visitado continuamente de Reyes y Arzobispos, y en su Alcazar, de que ni se conserva un solo cimiento, se aposentaron muchas veces los monarcas y sus familias, tratándose en sus magníficos salones asuntos de importancia para el reino.
    La existencia de este pueblo data desde muy antiguo, sin que pueda decirse a punto fijo el año de su fundación. Hay quien piensa fuese en el año de 2688 de la creación (El padre Fr. Gaspar de Jesús María, de Illescas en su libro que escribió de las cosas notables de este pueblo y los milagros de nuestra señora de la Caridad, que allí se venera. Titula su obra  Manifiesto de la Columna Protectora de Israel en la Carpetania, y Sacro Paladion del Antiguo Lacio en Castilla) y que en su principio tuvo diferentes nombres, hasta que últimamente se le dio el de Illarcueris, que andando el tiempo vino a quedar en Illarcuris cuya etimología hace salir dicho autor de lli, palabra griega que significa ciudad y curetes, sacerdotes, dando para probar su opinión este historiador, una porción de razones que las pequeñas dimensiones de un artículo no nos permiten copiar; no obstante, Ptlomeo que vivió por los años de 162 de Cristo, se ocupó de esta población y mas adelante Luitprando que floreció en tiempo de los sarracenos, año de nuestra redención 960, ya le dio el nombre de Illescas, hablando de esta villa con la misma ocasión que San Julián, y diciendo “ En el monasterio Dubiense en la villa de Illescas, puso san Ildefonso una imagen de la bienaventurada virgen María etc.…).
No a faltado igualmente quien tomando este termino de San Julián por latino, dijera que es compuesto de Ila erit. Palabras significativas y equivalentes de Illie escas, o illie quiescas; esto es, allí será, allí las comidas o allí descanses; todo lo cual quieren epilogar en el sincope de Illescas, imaginado haberse puesto este nombre a aquella villa, por mediar á igual distancia de Madrid y Toledo donde los caminantes parten la jornada deteniéndose allí; Illia erit: descansando Illie quiescas y comiendo Illi escas. Todas estas gramaticales etimologías son vanas ideas, porque el nombre de Illescas es arábigo y no latino. Y equivale dice Covarrubias, á amor, deleite o suavidad; bien que entendido a lo bárbaro apela saber lo ilícito y torpe, a que á fuer de tales redujeron los moros esta interpretación, atendiendo a lo deleitoso del terreno.


Hasta aquí  el historiador citado, y nosotros nada podemos decir de nuevo en materia tan oscura de suyo, y en que hombres muy eruditos han adelantado poco; sin embargo, bueno será tener presente un apoyo de la última opinión, los restos que aun queden de algunos monumentos árabes, tales como la torre que representa el grabado que encabeza este artículo, y varios arcos que aun existen en algunas casas de la población, con dos que sirven de puertas y entradas a esta villa, el uno hacia el camino que conduce a esta corte y el otro al lado de Poniente, y en el que se dirige a la Villa de Ugena.
      El conocido pintor español Villamil publicó en una lamina de las de su España Pintoresca, el grabado de esta torre, pues al encaminarse a Toledo debió llamar su atención el excesivo mérito de este monumento, construido por los árabes cuando su dominación sin duda, en aquel reino, no obstante la habilidad de tan célebre artista, al copiar dicho monumento estuvo poco exacto y aumentó de tal manera los adornos con objeto de embellecerla quizás, que si nuestros lectores comparan la citada lámina con el grabado que hoy presenta el Semanario, encontraran una diferencia inmensa que redundará en perjuicio de nuestro dibujo; sin embargo se deberá tener presente que el que hoy encabeza este artículo esta hecho con tal exactitud y tanta verdad que representa la torre en el ser y estilo que se encuentra y creemos apenas habrá uno que lo haya visto , que dude del parecido.
Esta es la lámina de la que habla el autor del artículo, aparecida en otro nº de  España Pintoresca.
      Ignorase de todo punto cuando sería construida esta torre, aunque se supone que debió ser antes de la toma de Toledo por el rey D. Alfonso VI, pues según Esteban de Garibay, conquistó este rey enseguida a Illescas, que según se encontraba en poder de los moros. Mas tarde D. Alfonso VII redimió a esta villa del dominio que en ella tenía entonces la iglesia de Segovia, cuyo documento de cambio guarda en su archivo con esta inscripción en letra gótica; “Carta de Trueque o Cambio de Aguilafuente é las Bodadillas, por Illescas entre Madrid y Toledo. Año de 1124 era 1162. También existe la Carta Puebla y el fuero Municipal en que el mismo D. Alfonso VII  da a los vecinos y pobladores sus tierras y heredades con tal que cada una pague por fuero un cafir o cahiz de pan por mitad. Le señala por aldeas a Calsarrubios o Casarrubios, Torrego o Torrejón, Usenía o Seseña, Balagera y Bohadilla. Sus pobladores debían ser franceses, gascones o de Gascuña, pues manda que nadie tenga heredad ni empleo de villa si no fuese gascón. Este documento esta expendido en el año 1132. Dícese que Alfonso VIII hizo donación de esta villa a la iglesia de Toledo, en el año 1176 en agradecimiento de habérsele aparecido a este rey un ángel que le reprendió de parte de Dios el escándalo que había dado al reino con el tan sabido amancebamiento que tuvo con la judía Raquel, y en la parroquia de esta villa que está unida a la torre de que antes nos hemos ocupado, y cuya belleza por su arquitectura gótica merecía hablar de ella con detención, hay en el altar colateral del lado del Evangelio una pintura de muy poco mérito que representa el hecho que dejamos apuntado, explicándole una piedra embutida en la pared del lado derecho de la capilla, en cuya inscripción se lee, en comprobación de lo dicho, lo que sigue: “ el año de 1195 en esta capilla se le apareció un ángel al rey D. Alfonso el VIII etc. Sin embargo entre los muchos y muy buenos pergaminos que se conservan en el archivo del ayuntamiento de esta villa no hemos hallado ninguno que se ocupa de este hecho, que es extraño siendo tan notable.

   Entre los acontecimientos mas graves ocurridos en este pueblo se cuenta que el año de 1422, el 15 de octubre, nació allí una hija d eD. Juan II que la nombraron Catalina, y fue bautizada en dicha Villa. Después, en el siglo XVIm habitando en Illescas la Serenísima Señora Doña Leonor de Austria, hermana del Emperador Carlos V  y viuda del Rey D. Manuel de Portugal, casó en esta Villa segunda vez con Francisco I, rey de Francia, y celebrado el matrimonio con toda la solemnidad que tan augusta ceremonia requería, se encaminaron a Torrejón, en cuyo castillo durmieron.
    Con motivo de hallarse en este pueblo el santuario de nuestra señora de la Caridad, cuyos milagros son bien conocidos de propios y extraños, ha sido visitado varias veces por nuestros monarcas, y sus católicas familias que han hecho muchos regalos a esta Sagrada Imagen, especialmente el Rey D. Felipe II que donó al santuario un riquísimo terno blanco. Su hija la Serenísima infanta Clara Eugenia, un vestido de brocado blanco para nuestra señora, del cual bordó parte. Y su hijo el Sr. Infante D. Fernando una cabeza de plata. D. Felipe III  la visitó en diferentes ocasiones y su esposa la reina Doña Margarita la presentó un collar de oro y dos de sus vestidos, contándose entre ellos aquel con que se veló. Y el Señor Archiduque Alberto una gran lámpara de la primera plata que vino de las indias. Además de esto, hay otras muchas donaciones de personas de gran cuenta.
    Hacer la descripción de este santuario, y de la magnifica iglesia de Santa María, parroquial de esta villa, fuera tarea harto larga para lo que permite un artículo de nuestro periódico, y lo único que dejare asentado es que del primero dio la planta el célebre Greco, y además hizo para el dos excelentes cuadros que aun se conservan en sus altares colaterales, el que representa a San Ildefonso, y de la segunda, que lo que existe de su primitiva arquitectura gótica, que es mas de la mitad, revela la grandeza de este templo en sus principios.
    El castillo ó Alcazar, de que ya hemos hecho mención, se conservó hasta el siglo XVI, y de él la grandeza de esta villa solo quedan, la fama de su milagrosa imagen y los recuerdos para sus moradores.
                                                                                   N.R. de Losada.


Llegados a este punto, cabe destacar que el autor, de este artículo, no tenía conocimiento de los demás cuadros del Greco ni de la figuras del Altar atribuidas también a la Casa del Pintor, que se destruyeron lamentablemente en la guerra Civil. Espero que para los amantes de la historia, haya sido interesante, este artículo, cuanto no más en la fecha que fue concebido y en que por aquel entonces este periódico contaba con ocho páginas, de las cuales dos son para hablar de Illescas.
Espero que sea del agrado de los lectores. Para mi es un verdadero placer sacarlo a la luz, para deleite de todos los amantes de la Historia.

Fuente: Biblioteca Nacional de España.

3 comentarios:

  1. No pasa nada por que comentes algo, si te gusta, si no te gusta, se agradecen todas las visitas, pero no está de más que dejes huella de tu paso, un abrazo.

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  2. Jotaaaaaaa ...ainsssssss por más que pisooooo la huella no queda ¿ Que puedo hacer?

    Esperando tu respuesta te beso afectuosamente ....

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  3. Un artículo interesante, al menos para mí que soy de la provincia.

    Un saludo.

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