jueves, 10 de marzo de 2011

Once de marzo

A los españoles nunca se nos olvidará tan fatídica fecha, el  once de marzo de 2004, en los que unos salvajes atentados en Madrid segaron la vida de numerosas personas, dejando secuelas físicas y psíquicas  a muchas más y un país temeroso, de lo que nos podía acontecer a partir de ese momento.
Imagen de la Virgen impresa en tela.
Pero en mi infancia, el once de marzo, era el día del Milagro de la virgen, fecha de fiesta, jolgorio y feria, era el día que te podías quitar por fin la “camiseta de invierno” aunque te pelaras de frío, pues dice el refrán popular “ a Santa Juana irás, pero al Milagro, milagro será” y es por tradición el día nueve de marzo día en que se celebra Santa Juana por diversos pueblos de los alrededores, que luzca un  estupendo día,  en los que sus habitantes salen al campo a comer la “tortilla” y de romería ,por el contrario el día once, siempre es desapacible y lluvioso, y casi nunca hace buen tiempo, pero así es marzo, ventoso y caprichoso.

Los famosos "caballitos"


Los habitantes de Illescas, sienten devoción por su patrona, y aunque su fiesta es el día treinta y uno de agosto, el día once de marzo, se celebra por tradición el primero de los aparentes milagros.

Cuadro del milagro de Francisca de la Cruz, de autor anónimo, Santuario de Nuestra Señora de la Caridad de Illescas

Un miércoles once de marzo, de 1562,  sobre las nueve de la mañana, había llegado al pueblo una moza tullida, que tenía las pantorrillas, pegadas a los calcañares, y no podía andar si no a gatas ( extraña enfermedad donde las haya). Venía echada sobre un borriquillo con dos costales de paja atados a los largo de los lados del lomo. Estaba acompañada por el hospitalero de Torrejón de Velasco y de su mujer, e iba camino de Toledo, donde ingresaría en el Hospital de los Incurables.
Habiendo oído hablar de las mercedes de la Virgen de la Caridad, y recién llegada, la hospitalera le recomienda acuda a Nuestra Señora a suplicar la salud. Se hallaba en el patio del hospital echada al sol, y a gatas (hay que ver que insolidaridad por aquellos años, sin nadie que la ayudase) se llegó la pobre mujer como digo, gateando hasta la entrada de la capilla. Habiendo muchos testigos de ello, (pero ninguno se levantó para echarle una mano).
El caso es que esta buena mujer, con sus rezos, debió de conmover el corazón de la Virgen,  esta empezó a notar que las piernas se le despegaban y desentumecían (que ya es milagro, milagroso, sin tener que hacer rehabilitación ni nada) y probó tenerse en ellas y la hospitalera que la vio se arrimó a ella con un báculo, pero Francisca sin ayuda, se incorporó y salió por sus pies andando por todas las salas del hospital, proclamando a voces el fenómeno y también salió por las calles del pueblo. (Y no se puso tacones por que en aquel entonces a lo mejor no se llevaban).
 Este relato del milagro se relata en el “libro de los milagros de Nuestra Señora” que se conserva en el archivo del Hospital, ahora supongo que en la fundación FUNCAVE.
A partir de aquel milagro se produjeron otros muchos, como manda la tradición en España, Además que en Roma un solo prodigio no es válido y se necesita tres para saber si estos son milagros o burdas invenciones del vulgo.
De los dineros que se sacó la susodicha Francisca, contando su curación no se sabe nada, tampoco de otros “tullidos” a los que seguramente acompañaría el matrimonio de hospitaleros, por otros pueblos con vírgenes prodigiosas.
El caso es que a partir de aquel once de marzo, y extendiéndose hasta la fecha se celebró procesión en Illescas.
 Un total de 75 milagros, están comprobados por testimonios fidedignos ante las autoridades eclesiásticas de Toledo y aprobados por el consejo General de la Diócesis. (No hay que olvidarse de la Santa Inquisición y sus métodos de persuasión y aprobación).

Nuestra señora por las calles de Toledo
No tenemos que dejar de lado a nuestra amiga Francisca ( Paca, para los allegados) que después del milagro, se quedó a servir en el Hospital , tal vez por que ya no servía para ir de rodillas con las pantorrillas pegadas a los tobillos, o tal vez por que de verdad ella necesitaba dar las gracias por el milagro acaecido en su persona, sea como fuese, el seis de abril de 1562 o sea tan solo veinticinco días de su inesperado milagro,  ella que era la encargada de encender la lámpara de delante de la imagen, en la noche del citado día, vio que se había apagado, (la lámpara). Salió a buscar lumbre, y a la vuelta (tardó poco, ya podía correr no olvidarse de ello). Vio un gran resplandor y la lámpara encendida. Y es que a los santos no les gusta estar a oscuras, por eso se inventaron las velas.

 
El caso es que el once de marzo, los Illescanos desde hace décadas, tenemos fiesta este día, unos lo celebran por todo lo alto, otros por todo lo bajo, y últimamente casi pasa desapercibida  pues, la mayoría de los habitantes de Illescas, no trabajan en el pueblo (y ahora menos con la cantidad de paro que hay). Por lo tango no gozan del día que les pertenece por fiesta local.
Sea como fuere a partir del año 2004, cada vez se hace más cuesta arriba celebrar dicha fiesta. Pero no hay que olvidarse de los ritos y tradiciones populares  tengan crédito o no, de nuestra historia. FELIZ DÏA DEL MILAGRO

2 comentarios:

  1. He pasado un rato muy agradable y con mucho interés, siguiendo tu blog. Da gusto leer páginas tan llenas de contenido, tan bien informadas y con tanta gracia como las tuyas, te seguiré de ahora en adelante, y será para mi como un oasis donde llenar las alforjas,en un tiempo de tantas vaciedades.Enhorabuena. Sigue haciendolo que es muy gratificante.Un abrazo madrileño.

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  2. ¡Que bonito, Jota!
    Me encantan las historias, las tradiciones y todo lo que tenga que ver con la cultura propia de un lugar.
    Este relato del Milagro es muy bonito, pero sobre todo si lo aderezas con tus detalles, que son los mismos que pensaría cualquiera, pero pocos dirían en voz alta.
    El acompañamiento fotográfico es genial.
    Por cierto, la Virgen es muy bonita.
    Besos y gracias por todo.

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