En este espacio he
hablado en ocasiones de algunos reyes, que se quedaron en Illescas, que se
casaron o incluso que nacieron algunos de sus hijos legítimos y probablemente,
muchos de los ilegítimos.
Pero hoy no me
quiero ir muy lejos en la historia, tan solo unas décadas, para recordar, quizás
al último rey que decidió casarse en Illescas.
Me refiero a Leka I,
un tiarrón de dos metros que gustaba según dicen de pasearse con pistola al
cinto.
Este rey
pretendiente al trono de Albania, formaba parte de la corte de reyes trashumantes
que el entonces jefe de gobierno español Francisco Franco, había acogido en
España. Vivió tan a gusto aquí, que decidió casarse en nuestro pueblo y claro
en su boda se vitoreó a Franco y a Juan Carlos (algunos seguramente de los que
ahora se acuerdan de sus ancestros y se hacen los “rojillos” por que es lo que
se lleva).
Recordemos que la
gran guerra, ( I guerra mundial), causó el derrocamiento de tres imperios
europeos, el austriaco, el ruso y el alemán, junto con el de varias casas
reales germanas y el sultanato otomano. Los países nacidos del cataclismo, como
Polonia, Checoslovaquia, Finlandia y Estonia, se organizaron como repúblicas (que
ahora conocemos algunas más pues se han vuelto a reorganizar). Sólo una monarquía,
nació del caos de la posguerra, ya que el reino de Yugoslavia fue una expansión
de la Serbia gobernada por la dinastía de los Karadjordjevic, esta fue Albania.
Recordemos un poco
de historia (también olvidada) de Europa.
Cuando la autoridad
de la Sublime Puerta (término usado para definir al gobierno del Imperio
otomano y, por analogía, al propio Imperio), fue por fin expulsada de los
Balcanes, uno de los caciques albaneses, Zog Zogu (1895-1961) fue el primer
ministro del país entre 1922 y 1924, en 1925 la asamblea constituyente le nombró
presidente y en 1928 se decidió a proclamarse rey constitucional con el nombre
de Zog I.
Aunque Zog Zogu, fue
el único rey europeo de confesión islámica del siglo XX, algunas de sus medidas
iban en la misma línea de occidentalización que las aplicadas por Kemal Ataturk
en Turquía, si bien no empleó sus métodos violentos. Zog, prohibió el uso del
velo a las mujeres, suprimió la servidumbre y modernizó el ejército.
Su gusto por los
uniformes de corte italiano (guerreras blancas, solapas anchas, entorchados
dorados y pantalones bombachos) y el bigote engominado, la gorra ladeada, eran
una de sus extravagancias, a veces se
hacía fotografiar con sus hermanas, y posaba cual de un catálogo de moda
militar se tratase. Hay quién asegura que sirvió de modelo al dibujante Belga,
Hergé, para ambientar la corte del reino de Syldavia en la aventura de su
personaje Tíntin “ El cetro de Ottokar”.
Sea como fuere en
1938, encontró por fin una esposa, pues las dinastías tradicionales ( de sangre
azul) se habían negado a entregarle a alguna de sus hijas, ya que el país era
atrasado y violento y se dudaba de la perduración de tan “peculiar” monarquía. El
27 de abril de 1938, se casó en Tirana con la condesa húngara Geraldine Apponyi
de Nagy Apponyi, cuya madre, Gladyz Virginia Stewart era hija de un millonario
de Virginia.
Zog I se adelantó 18
años a Rainiero III de Mónaco, que como todos sabemos casó con la actriz y
multimillonaria estadounidense Grace Kelly. Y es que al parecer lo que les
faltaba a estas mujeres tan adineradas era un título nobiliario, para ser
totalmente felices.
A la boda asistió en
condición de testigo el conde Galeazzo Ciano, yerno del duce, Benito Mussolini,
y ministro de Asuntos Exteriores del reino de Italia. Los recién casados
recibieron como regalo del führer alemán Adolf Hitler un automóvil Mercedes (igualito
regalo que a Franco, que cosas, así de amiguitos).
Meses después (supongo
que al menos nueve por aquello de las habladurías) la reina dio a luz un
heredero fortaleciendo así la dinastía Zogu, por lo que el régimen italiano
decidió anexionarse el país, que hasta entonces había sido un satélite. El 25
de marzo de 1939 Roma presentó un ultimátum, que Tirana rechazó.
El príncipe Leka,
nació el 5 de abril y el 7 comenzó la invasión militar italiana, que se completó
en dos días. Así, Italia dominaba las dos orillas de la entrada al Adriático y
ponía un pie en los Balcanes.
La familia real huyó
a Grecia. Se dice que Zog I se llevó el oro del banco estatal para asegurarse
el exilio. En la Segunda Guerra Mundial, los comunistas se hicieron con el
poder, abolieron la monarquía e instauraron la república popular. El dictador
del país fue Enver Hoxa. Que había combatido en la guerra civil española en las
Brigadas Internacionales; construyó un régimen alucinante, aliado con la China
maoísta y además unos 700.000 Bunkers por todo el país. ( toda Albania al
parecer tampoco es tan grande).
Pero volvamos a los “Reyes
de Franco”.
Cuando Zog murió ,
en abril de 1961, su hijo Leka pasó a encabezar la casa real albanesa y fue
proclamado rey en París. Por invitación de la duquesa de Valencia, Leka y su
madre se trasladaron a vivir a España. En esos años la vida social en Madrid
era entretenidísima. Junto a actores como Ava Gardner y Charlton Heston, atraídos
por el productor Samuel Broston, se encontraban expresidentes hispanoamericanos
como el argentino Juan Perón y el venezolano Marcos Pérez Jiménez, más un
ramillete de miembros de la realiza europea, como el archiduque Otto de
Habsburgo, Miguel I de Rumanía, Simeón II de Bulgaría, los Bragration de
Georgia y por supuesto un racimo de Borbones.
Con la protección de
Franco, Leka se dedicó a los negocios y construyó una casa-fortín en Pozuelo,
ya que su enemigo Hoxa, intentaba asesinarle. Fue el único de los pretendientes
a tronos derrumbados por los comunistas que trató de combatir por las armas a
los dictadores que dominaban sus países. El rey sin reino organizó al menos un par
de desembarcos en Albania de fuerzas paramilitares en los años 70 y 80.
El 10 de octubre de
1975, Leka se casó con la australiana Susan Bárbara Cullen-Ward, hija de un
acaudalado ganadero, a la que había conocido en Sidney. El banquete se celebró
en las instalaciones del entonces restaurante José Luis ( hoy la Quinta). A la
boda asistió un millar de albaneses, que, según el cronista Juan Balansó, (ABC)
veían encarnado a Su Majestad Leka I, el “símbolo de la unidad y libertad de su
país sojuzgado por el yugo marxista”.
Por parte de la
realeza estuvieron presentes la reina Farida de Egipto, la reina de Bulgaria
Margarita Gómez de Acebo, el duque de Cádiz Alfonso de Borbón y Dampierre, el
duque se Sevilla, Francisco de Borbón y Escasany, el príncipe Miguel de
Francia, el príncipe Nicolás de Rumanía, los grandes duques Vladimiro y Leónida…
vamos que una gran fiesta “real”. Los entonces príncipes Juan Carlos y Sofía,
la reina Isabel II y el presidente del Gobierno, Carlos Arias, enviaron sus
felicitaciones a la pareja.
En la ceremonia
participaron representantes de las tres religiones presentes en Albania;
islámica, ortodoxa y católica, y también anglicanos, debido a las creencias de
la nueva reina.
El discurso de Leka fue
en la línea de “ Albania y España siempre serán amigos, y los gritos de “Arriba
España” “Viva el Caudillo” “Vivan los Príncipes de España”, ignoro si se
mantuvo la costumbre balcánica de disparar tiros al aire. La boda no sería tan
elegante y glamorosa como la del príncipe Guillermo de Widsor y Kate Middleton,
pero seguro que fue más divertida.
Fue sin duda la
última fiesta celebrada en la España franquista, con los personajes más
representativos de un régimen al que solo le quedaban cuarenta días de vida,
los mismos que a Franco, la cuenta atrás había comenzado inexorablemente…
El 31 de enero de
1979, el entonces presidente Adolfo Suárez ordenó su expulsión inmediata de
España en cuestión de horas, esta expulsión fue debida a la negativa de Leka a
entregar el arsenal que poseía en su domicilio, un auténtico bunker, protegido
por garitas y troneras con vigilantes armados. Al negarse a ello, se pusieron a
su disposición los medios para que pudiese abandonar el país inmediatamente. Se
le autorizó a hacerlo con familia, escoltas, perros de presa y armamento. Para
ello se fletó un avión de la compañía Spantax con dirección a Rhodesia. La
operación le costó a Leka tres millones doscientas mil de las antiguas pesetas
aunque claro el estado le ayudó pues el rey Juan Carlos pidió que la expulsión
se hiciera con respeto y sin violencia. Aún sin trono, Leka seguía siendo rey,
un rey tontorrón, pero rey al fin y al cabo, en esto los reyes como los
cuervos, son todos muy solidarios unos con otros y no se sacan los ojos.
Espero que os haya
gustado esta pequeña crónica social y aprovecho para dar la enhorabuena a Diego
Capitán por su nuevo programa de radio “ Illescas Medio Siglo”.
Por cierto, prometo
no tardar tanto en publicar a sido por causa mayor.
Gracias por la entrada, me a encantado eres genial en tu narrativa.
ResponderEliminarSoy una enamorada de la historia,
un abrazo....
ResponderEliminarQue tengas un hermoso fin de semana.
Un gran abrazo y mucho cariño!
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Feliz dia de la Madre!!!!
Mira cosas que aprendo contigo, quieres creer que no había escuchado nada de este hombre, y eso que me gusta la historia,
ResponderEliminarmenudo hombretón!!!
gracias <Jota por este desayuno mañanero aprendiendo,
bss